Hace dos años pude sentir que estaba totalmente desconectada de mi feminidad. Ser emprendedora te empuja a una energía mucho más masculina, de acción, toma de decisiones, y sin darme cuenta, cerré la puerta a mi energía Yin (energía femenina).

Tomé conciencia de que sólo estaba buscando resultados, nuevos proyectos, pero había dejado de lado mi parte femenina; aquella que tanto me había llevado a ayudar a otras mujeres a crecer.

Me puse manos a la obras y reconecté con mi esencia más pura, con la creatividad y el amor; gracias a reconectar con el amor hacia mi misma, puedo amar de una forma más consciente y profunda a las personas de mi entorno, y quiero compartir contigo todo lo que he aprendido en estos dos años de redescubrimiento de mi misma.